El sitio de mi recreo

El sitio de mi recreo

sábado, 27 de diciembre de 2008

Locura.



Imágenes del bombardeo israelí en Gaza que deja al menos 200 muertos
El ataque es considerado el más sangriento en 40 años de enfrentamiento entre Palestina e Israel.



Que nos esta pasando, ¿nos estaremos volviendo locos?...Es la única explicación que encuentro cuando cenando he visto las noticias. La política mata gente, la religión mata gente, esto es una locura, y yo aquí hablando de como ser feliz, de vivir el momento....y mientras yo escribía mis anteriores entradas morían 200 personas no muy lejos de aquí.


Muere lentamente quien no viaja,


quien no lee,


quien no oye música,


quien no encuentra gracia en sí mismo.


Muere lentamentequien destruye su amor propio,quien no se deja ayudar.


Muere lentamentequien se transforma en esclavo del hábito repitiendo todos los días los mismos trayectos,


quien no cambia de marca,


no se atreve a cambiar el color de su vestimenta


o bien no conversa con quien no conoce.


Muere lentamente quien evita una pasión y su remolino de emociones,


justamente estas que regresan el brillo a los ojos y restauran los corazones destrozados.


Muere lentamentequien no gira el volante cuando esta infelizcon su trabajo,


o su amor,


quien no arriesga lo cierto ni lo incierto para ir detrás de un sueño


quien no se permite, ni siquiera una vez en su vida,huir de los consejos sensatos...


¡Vive hoy!


¡Arriesga hoy!


¡Hazlo hoy!


¡No te dejes morir lentamente!


¡NO TE IMPIDAS SER FELIZ!


Autor: Unos dicen que es de Neruda y otros que no.

¿Cuánto cuesta la felicidad?



Es gratis!!!!!!!!


Eso ha descubierto una investigación de la Universidad de Nottingham. Un baño, una siesta, un paseo por el parque o junto al mar, una tableta de chocolate... Eso es la felicidad, "las pequeñas cosas de la vida", concluye el doctor Richard Tunney. El estudio comparó los "niveles de felicidad" de un puñado de ganadores de lotería con otro grupo no tan afortunado en el juego. El resultado fue que tanto unos como otros encontraban el bienestar sin pulir las cuentas.
"Pasar el tiempo relajándose es el secreto de un vida feliz -asegura Tunney-. Los placeres gratuitos son los que marcan la diferencia, incluso cuando puedes permitirte todo lo que quieras".

Una semilla que germina


Casi todo el mundo está buscando algo, corriendo tras una cosa u otra. Puede llegar a ser algo realmente frenético. Pero la persona que quiere lo que quiere su corazón, lo tiene todo. No tiene por qué estar triste; sus buenos deseos se cumplen cada día con cada aliento. Quien siente gratitud, celebra cada respiración, cada momento.


Es costumbre celebrar los cumpleaños con una tarta y velas, y ponemos tantas velas como años cumplimos. Cuando las apagamos soplando nos ponemos muy contentos, pero, ¿qué simboliza eso? Si lo piensas, estamos apagando todos los años que han pasado. Y no es sólo un año lo que se va, sino cada día, cada aliento. ¿Cuántos momentos, cuántos alientos hemos guardado y apreciado? Lo que perdemos, lo perdemos para toda la vida; esos momentos nunca volverán. Pero lo que guardamos, también lo guardamos para toda la vida.


Es importante la esperanza. Tienes la posibilidad de disfrutar de cada momento. Fíjate en los árboles y en las plantas a tu alrededor. Ellos lo han conseguido. Nacieron de la sabiduría de la semilla que germinó. Hubo otras que no lo hicieron. Estaban en el mismo lugar en el que esos árboles están ahora, pero no lo lograron. Tú puedes ser una semilla que germina.


El mundo entero que nos rodea está hecho a partir de lo que germinó, no de lo que no lo hizo. No prestes atención a lo que no es; fíjate en lo que es. Y, ¿qué es? En medio de nuestro dolor, de nuestro sufrimiento, tenemos esta vida, este cuerpo. En medio de todo eso, está el aliento que entra y sale de nosotros. Tenemos que prestar atención a eso, a lo que es; no al tiempo que pasó, porque ya se fue.


Tampoco disponemos del tiempo que aún no ha llegado. Sólo tenemos “hoy”. Pero “mañana” vendrá y, ¿qué sucederá entonces? Que llegará un aliento, y luego otro. El regalo es el ir y venir de ese aliento. No se trata de lo que ya pasó, sino de apreciar esta vida, con cada aliento. Se trata de ti, de tu vida, no de la de otras personas. Se trata sólo de ti.


Es importante que reconozcas el regalo que tienes. Si vas al aeropuerto o a la estación para recibir a una persona, tienes que reconocerla antes de correr a saludarla. El reconocimiento es fundamental. Si no se reconoce la sed de plenitud que tiene el corazón, lo que estoy diciendo no tiene sentido. Cuando el corazón empieza a reconocer esa sed, uno puede avanzar hacia la alegría en su vida.


Lo más maravilloso de esta vida es que, como seres humanos, podemos experimentar la alegría suprema. Para las personas que quieran esa alegría, que quieran colmar sus vidas, habrá cada vez más dicha.


Simplemente relájate y disfruta del viaje de la vida.


Prem Rawat - Maharaji

Prisas




Escuchad esta historia:



Un hombre tenía miedo de la sombra de su cuerpo y de la huella de sus pasos. Para liberarse de ello, decidió huir. Pero cuanto más pasos daba, más huellas dejaba. Por rápido que corriera su sombra no le dejaba. Persistiendo, a pesar de todo, en creer que la adelantaría, corrió tanto y tanto que acabó muriendo. ¡Qué imbécil! Si se hubiera sentado en un lugar cubierto, su cuerpo no habría proyectado ninguna sombra; si hubiera estado quieto, sus pies no habrían producido huellas. Sólo habría tenido que estar tranquilo y todos sus males habrían desaparecido.


Lao Tsé

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Cuento de navidad 2008 Pablo Coelho


La música que salía de la casa

Como siempre hacía la víspera de Navidad, el rey invitó al primer ministro a dar un paseo por la ciudad. Le gustaba ver cómo adornaban las calles, pero para evitar que sus súbditos se excedieran en los gastos con el objetivo de agasajarlo, solían disfrazarse con ropa de comerciantes que venían de tierras lejanas.
Caminaron por el centro, admirando las guirnaldas de luz, los abetos, las velas encendidas en las entradas de las casas y los puestos de venta de regalos. Todo el mundo, hombres, mujeres y niños, se apresuraban a reunirse con sus familiares para celebrar esa noche en torno a una mesa repleta.
En el camino de regreso pasaron por el barrio más pobre. Allí, el ambiente era completamente distinto: nada de luces, velas, ni el olor apetecible de la comida lista para ser servida en la mesa. No había casi nadie por la calle, y como hacía todos los años, el rey comentó con el ministro que debía prestar más atención a los pobres de su reino. El ministro asintió con la cabeza, convencido de que pronto el asunto sería olvidado de nuevo, enterrado en la burocracia cotidiana, la aprobación de presupuestos y las reuniones con dignatarios extranjeros.
De repente oyeron una música que salía de una de las casas más pobres. La chabola, mal construida, con varias grietas entre las maderas podridas, les permitía ver lo que sucedía en el interior, y comprobaron que la escena que allí se desarrollaba era completamente absurda: un viejo en una silla de ruedas que parecía llorar, una joven completamente calva que bailaba, y un muchacho de mirada triste que tocaba un tamborín y cantaba una canción tradicional.
--Voy a ver qué pasa –dijo el rey, y llamó a la puerta.
El joven dejó de cantar y fue a abrir.
--Somos mercaderes y buscamos un lugar para dormir. Hemos oído la música, hemos visto que todavía estáis levantados y nos gustaría saber si podríamos pasar aquí la noche.
--Pueden quedarse en algún hotel de la ciudad. Desgraciadamente, no podemos ayudarlos; a pesar de la música, en esta casa reina la tristeza y el sufrimiento.
--Por mi culpa –era el viejo de la silla de ruedas el que hablaba--. Durante toda mi vida he intentado darle educación a mi hijo para que aprendiese caligrafía, para que fuese uno de los escribas del palacio. Sin embargo, los años pasaban y no volvieron a ofertarse nuevas plazas. Hasta que anoche tuve un sueño estúpido: un ángel aparecía y me pedía que comprara una copa de plata, ya que el rey iba a venir a visitarme, a beber un poco y a conseguir un empleo para mi hijo.
»La presencia del ángel me pareció tan real que decidí hacer lo que me decía. Como no tenemos dinero, mi nuera fue esta mañana al mercado, vendió su pelo y compramos esa copa de ahí. Ahora intentan levantarme el ánimo, cantando y bailando porque es Navidad, pero es inútil.
El rey vio la copa de plata, pidió que le sirvieran un poco de agua porque tenía sed y, antes de marcharse, le dijo a la familia:
--¡Qué coincidencia! Hoy mismo hemos estado con el primer ministro y nos ha dicho que las plazas se van a ofertar la semana que viene.
El viejo sacudió la cabeza con incredulidad y se despidió de los extranjeros. Pero al día siguiente fue leído un decreto real por todas las calles de la ciudad: buscaban un nuevo escriba para la corte.
El día previsto, la sala de audiencias estaba atestada de gente deseosa de competir por tan ansiado cargo. Cuando el primer ministro entró, les pidió a todos que prepararan sus cuadernos y sus bolígrafos.
--Éste es el tema de la disertación –dijo--: ¿Por qué un anciano llora, una mujer calva baila y un muchacho triste canta?
Un murmullo de asombro recorrió la sala: ¡nadie sabía contar una historia como ésa! Nadie, salvo un joven con ropa humilde, sentado en un rincón de la sala, que sonrió y empezó a escribir.

(Basado en un cuento indio)

martes, 23 de diciembre de 2008

La luz...




La luz...

Esa luz que a veces nos sale de lo mas profundo del alma sin casi darnos cuenta

y que irradia de alegría todo cuanto ilumina,

esa luz que nos hace ser hermosos sin ser lo y que nos transforma en alegría,

esa luz a veces no sale,

no se refleja,

no ilumina,

aunque sabes y sientes que está ahí.

Y a veces intentas con todas tus fuerzas que brille, pero no lo consigues.

Será que a veces falta el oxigeno y nos afixiamos casi sin darnos cuenta.

...Así que abra que respirar muy profundo para que la luz vuelva a brillar.


Mar






domingo, 21 de diciembre de 2008

Semejantes


Los semejantes se atraen.


Limítate a ser quien eres: sereno, transparente y brillante. Cuando irradiamos lo que somos, cuando sólo hacemos lo que deseamos hacer, esto aparta automáticamente a quienes nada tienen que aprender de nosotros, y atrae a quienes sí tienen algo que aprender y también algo que enseñarnos.


Richard Bach

sábado, 20 de diciembre de 2008


Tengo mi propia versión del optimismo. Si no puedo cruzar una puerta, cruzaré otra o haré otra puerta. Algo maravilloso vendrá, no importa lo oscuro que esté el presente.




Rabindranath Tagore

Sentimientos...


No digas de ningún sentimiento que es pequeño o indigno. No vivimos de otra cosa que de nuestros pobres, hermosos y magníficos sentimientos, y cada uno de ellos contra el que cometemos una injusticia es una estrella que apagamos.


Hermann Hesse

La vida secreta de las palabras





Joseph: He pensado que... tú y yo...
podríamos ir a algún sitio, juntos... uno de estos días. Hoy, Ahora mismo. Ven
conmigo, Hannah.



Hannah: No, yo... creo que no va a ser
posible.



J: ¿Por qué no?



H: Mmmm... porque si decidiéramos irnos a
algún lugar juntos, me da miedo que un día... hoy no, quizás... quizás mañana
tampoco, pero un día, de repente, puede que empiece a llorar y llorar, y que
llore tanto que nada ni nadie pueda pararme, y que las lágrimas llenen la
habitación, y que me falte el aire, y que te arrastre conmigo, y que nos
ahoguemos los dos.



J: Aprenderé a nadar, Hannah. Te lo juro.
Aprenderé a nadar.




Esto es un dialogo de "la vida secreta de las palabras" de la directora Isabel coixet, directora que a mi me encanta. La vida secreta de las palabras anuncia como tema el sobrevivir al pasado, cómo superarlo, cómo convivir con él en el presente, cómo a menudo es imposible olvidarlo del todo. También se destaca el eterno conflicto entre cinismo e idealismo, entre la fuerza del deseo y la esperanza, y la cruda realidad.

Me hace feliz...





Me hace feliz...


Caminar por la playa...


Andar descalza por el césped...


Escuchar la risa de mi hija...


Leer un buen libro...


Sentir el aire en la cara...


Sentarme frente a la chimenea...


Saborear un buen vino blanco...


Estar cuando me necesitan...


Ver una puesta de sol...


Mirar la estrellas...mis tres estrellas...



Todas estas simples y maravillosas cosas hacen que no se duerman mis sentidos.



Mar




Arco Iris
Mario Benedetti


A veces por supuesto usted sonríe y no importa lo linda o lo fea lo vieja o lo joven lo mucho o lo poco que usted realmente sea
sonríe cual si fuese una revelación y su sonrisa anula todas las anteriores caducan al instante sus rostros como máscaras sus ojos duros frágiles como espejos en óvalo su boca de morder su mentón de capricho sus pómulos fragantes sus párpados su miedo
sonríe y usted nace asume el mundo mira sin mirar indefensa desnuda transparente
y a lo mejor si la sonrisa viene de muy de muy adentro usted puede llorar sencillamente sin desgarrarse sin desesperarse sin convocar la muerte ni sentirse vacía
llorar sólo llorar
entonces su sonrisa si todavía existe se vuelve un arco iris.